sábado, 28 de septiembre de 2013

Hoy he soñado contigo...


Hoy he soñado contigo, he soñado mucho y puede que nada con sentido. He soñado que tu olor se adentraba en mis pulmones provocándome una sobredosis. He soñado que después el aire que no estaba mezclado con tu aroma no oxigenaba mi cerebro, que me costaba respirar sin olerte… Aun que ahora que lo pienso, creo que eso se parece mucho a la realidad...
He soñado contigo, he soñado sin ti, nos he soñado juntas, yo contigo, tu conmigo, te he soñado estando sin mi, me he soñado estando sin ti. Te he soñado de tantas maneras esta noche que me siento mareada.
He soñado que vivías lejos, tan lejos que tu voz sonaba muy flojito al otro lado del teléfono, como si con los kilómetros fuera perdiendo fuerza.
Te he soñado cerca, estábamos delante de una mesa intentando acabar un puzle de mil piezas, puede que fuera la vida, no lo sé. Estabas cerca, tan cerca que podía notar como las piezas nos tenían envidia al ver lo bien que encajaba tu cuerpo con el mío, tu luz con mis sombras, tu calma con mi tempestad…
Me he soñado estando sin ti, iba andando por la calle, entre centenares de personas, me sentía bien, aun que no sabia muy bien hacia donde me dirigía. Me estaba soñando sin ti, y de repente has aparecido. He soñado que como en las películas todo se detenía a tu alrededor, y de repente una melodía sonaba de fondo. He soñado que se me hacia un nudo en la garganta y al despertarme me he dado cuenta que se me hizo el primer segundo en el que te vi llegar, y que a día de hoy, después de no sé cuanto tiempo, no he conseguido desatarlo.
Te he soñado sin mi, parecías feliz, estabas sentada en una terraza desayunando con una chica. No parabas de sonreír, de esa manera que hace que parezcas la niña más inocente de la ciudad. Los ojos te brillaban de una manera especial, y tu cuerpo parecía sentir un magnetismo que te hacia imposible no acercarte a ella, no tocarla. He seguido andando, y he visto que esa otra chica era yo. Entonces te he soñado conmigo, me he soñado contigo, y de repente todo parecía tener algún sentido, aun que no sé si lo tenía realmente.

Hoy he soñado contigo, y ahora al despertarme me doy cuenta que cuando cierro los ojos te sueño sin querer, y que al abrirlos quiero soñarte. Me doy cuenta que da igual si estas lejos o cerca, arriba o abajo. Que da igual si estamos a todo volumen o en silencio, porque al final entre tu y yo siempre hay un punto y coma. Esa cosa que nos une irremediablemente a pesar de que seas de Marte y yo de Júpiter, a pesar de que cuando tu vas yo no sé ni de donde vengo, y que cuando por fin me encuentro tu te pierdes una vez más…